“Un símbolo, digno de ese nombre es aquel en el que la
radiación del Arquetipo predomina sobre su proyección”
Símbolo y Arquetipo. Martin Lings
Quaternity me ha regalado muchos exquisitos momentos. Pero esto que voy a relatarles ha sido uno de los más finos y elocuentes, de algún modo confirmando algo que escribiera hace pocos meses, si bien entonces se tratara de una intuición, ahora más o menos confirmada.
La partida en cuestión fue de lo más atípica, no sólo porque la aplicación falló dos veces, sino por la insólita posición final de las piezas que pareció reflejar una configuración simbólica.
“Sin embargo, no me sorprendería que lo que sucede en el tablero de Quaternity fuera ‘solo’ un reflejo de algún evento real ‘allá́ arriba’ que configure, simbólicamente, toda una gama de efectos, ‘aquí́ abajo’”. 1
Como puede verse en el tablero, (Fig. 1) momentos antes del desenlace, hay ya una clara situación de ‘ataque’ de tres ejércitos al equipo verde que, habiendo perdido muchas piezas, se encuentra ‘acorralado’, a punto de recibir un jaque mate. (del persa: shâh = rey, árabe: mât = ha muerto)
A diferencia del blanco (yo) y el rojo (Anael), el ejército negro (Jorge) está aún en fase de posicionamiento en dirección a verdes (Inma). Rojas y blancas ya han dado ambas un jaque a verdes y se disputan el mate final.
Hubo una anomalía, debida a un curioso fallo de la aplicación, ocurrida dos turnos antes de lo que se ve en esta imagen: la súbita aparición de una segunda reina verde. (en casilla J2)
Esto me llamó la atención porque nunca había sucedido y aunque fuera un error de la aplicación parecía totalmente insólito. La primera idea que vino a mi mente fue que Inma era la única mujer jugando y también la amiga con menos experiencia, y a pesar de eso, parecía que nos habíamos puesto de acuerdo en un ‘ataque’ simultáneo a su ejército.
¿Por esta razón, quizá, estaría recibiendo ayuda extra?, me pregunté, recordando lo que me gustaba llamar ‘el viento de la Divinidad’ o también ‘el giro del Destino’.
Ese ‘error’ no impidió que siguiéramos jugando, y decidí hacer una captura de pantalla para poder hacer más tarde el reporte a los programadores.
Curiosamente, en el momento de hacer la ‘foto’, el cursor de mi ratón (que tiene un círculo en lugar de una flecha), quedó retratado como una aureola azul sobre el peón blanco, que estaba a punto de coronar.
Se produjo en tanto una disputa entre el ejército blanco y el rojo, para ver quien se llevaría el mate.
El desenlace llega cuando el peón blanco, promoviendo a reina en la casilla L1, da jaque al rey verde. Esto fue un error de cálculo (de blancas) que beneficiaría al ejército rojo.
La reina roja, cuyo turno viene después de blancas, finaliza el jaque mate en la posición J3. (fig.2)
El movimiento siguiente correspondería al equipo negro. Pero allí sucede otro ‘error’ de la aplicación y su tiempo se reduce a cero, bloqueando la continuación de la partida.
Esto me resulta, nuevamente, muy extraño, y mis ‘antenas’ me sugieren que ‘algo especial ha sucedido’ y creo tener una pista, de que algo se ha manifestado delante de nuestros ojos, que está ‘escondido delante de los ojos’, parafraseando al creador de este juego.
Pensé en la Epifanía… (del griego: επιφάνεια, ‘manifestación’, pero también ‘aparición’, ‘presencia Divina’).
Al mirar el chat, veo que Carlos, quien estaba observando la partida había, como yo, asociado la aparición ‘mágica’ de la segunda reina verde con los Reyes Magos. Como un regalo ‘caído del cielo’ a Inma, el ejército verde, que se hallaba en dificultades y cuyo final parecía avecinarse inexorablemente.
Sandra, quien también observaba, había comentado jocosamente que: ‘la reina tiene vida propia!’.
Es de algún modo obvio que previamente la reina y el rey verdes habían sido ayudados y protegidos, tal vez incluso inspirados por una ‘aparición verde’, que más tarde me atrevo a asociar con el “Espíritu Santo”, o Khidr, ‘el Verde’. (y quizás se trate del mismo principio oculto).
Ibn Arabi, en “La Sabiduría de los Profetas’, identifica al Espíritu con el arcángel Gabriel:
“Cuando el ‘Espíritu fiel’ (ar-ruh al-amin), o sea, Gabriel, se le apareció a María ‘en la forma de un hombre aromonioso”. 2
“…y le enviamos Nuestro Espíritu, que se le apareció, personificando a un hombre perfecto.” 3
“Le dijo: ‘Tan solo soy el mensajero de tu Señor, encargado de agraciarte con un hijo puro’”. 4
Volví a hacer una captura de pantalla, y lo que vi allí representado en el tablero es, notoriamente, la incipiente natividad de Jesús, representado por el peón blanco envuelto en una aureola de luz azul (comparar figs. 1 y 3) que se va acercando al centro mismo del territorio ‘verde’, el sitio del pesebre, donde yacería poco después del nacimiento. (casilla L1).
No me he detenido aún a investigar la posible relación del sistema de notación del ajedrez con el sistema Abjad, la correspondencia simbólica que pueda existir entre el significado de las piezas en relación con su colocación en las casillas del tablero -sus letras y números- así como su interacción con otras piezas. Esto equivaldría a un largo estudio en sí mismo. Pero valga mencionar que, en un puro sentido fonético, la casilla donde se produce la promoción del peón blanco o ‘nacimiento’, es la casilla L1, que denota EL UNO. (La L en inglés tiene el mismo sonido que el pronombre ‘El’) (en árabe = Hu, Ahad)
La transformación del peón blanco (color asociado a la pureza) en reina representaría entonces el momento mismo del nacimiento del niño Jesús. Pero ¿no debería, entonces, transformarse en un rey, ‘Cristo Rey’?, ¿porqué una reina?
Porque el rey verde ya estaba representando al padre, José, y la reina verde, a María.
¿Entonces? Recordemos que, en el juego original de ajedrez, antes de que la reina lo sustituyera, había otra pieza, llamada visir, que era el más allegado al rey, y de algún modo su diputado, o ‘Califa’, segundo en poder. La reina tomó el lugar del visir cuando el juego de ajedrez fue introducido en Europa.
“Entre los muchos misterios de la historia del ajedrez, uno de los más intrigantes es cómo y por qué el visir de Oriente Medio fue sustituido por la reina cuando el juego llegó a Europa Occidental a finales del siglo XI” 5
“En el ajedrez oriental, la ‘reina’ no es tal, sino un ‘consejero’ o ‘ministro’ del rey (en árabe mudabbi o wezir)” 6
De este modo el peón se transformaría en ‘visir’, o diputado del rey, siendo el término ‘diputado’ o ‘vicerregente’ un término que se emplea en algunas sagradas escrituras para denominar a los Profetas, vicerregentes de Dios en la tierra, comenzando con Adán mismo.
Fue después de estos azarosos razonamientos que noté que el nombre de nuestra amiga Inma, a cargo del ejército verde, es una abreviación de ‘Inmaculada’, como se conocía y se recuerda a la virgen María, y por añadidura a la ‘inmaculada concepción de Jesús’
Su apellido, ‘Puente’, no hace más que confirmar la función de María, como ‘puente’ o vehículo para la llegada de Jesús. (En algunas escrituras apócrifas María es mencionada como ‘Puerta’)
¿Y las tres reinas rojas? Serían nada menos que los tres reyes magos, Melchor, Gaspar y Baltasar, que vienen desde el otro extremo de la tierra, el Este, (el ejército rojo, en diagonal, es el más lejano en distancia al verde) a presenciar y testimoniar el nacimiento de Yuz Asaf o Isa ibn Maryam (Jesús, hijo de María), como es conocido entre los árabes. 7
“En su significado más universal, el combate figurado por el juego del ajedrez representa el de los devas con los asuras, los ‘dioses’ con los ‘titanes’, o los ‘ángeles’ con los ‘demonios’, derivándose de éste todos los demás significados del juego.” 8
Estos ‘otros significados derivados’ a los que alude Burckhardt no pueden ser otra cosa que, aparte de las implicaciones relativas al enfrentamiento entre lo luminoso y lo oscuro, aquello que sucede después de que uno o el otro hayan prevalecido en la contienda. En este caso, se trataría de la llegada al mundo de un Profeta inspirado, la inclusión de un elemento de suprema luminosidad que rectificará aquello que se había torcido, y restaurará la ley soberana y justicia Divina en el ámbito de la humanidad.
Y para que no quedaran dudas de que el evento se había completamente consumado, y no había más nada que quitar o agregar, la aplicación se detuvo en el preciso instante en que todo esto cobró realidad en el tablero.
Por si todos estos detalles no fueran suficientes, el contexto no podía revelarse menos significativo. Esto sucedió durante una noche especial para los Sufíes, la noche del jueves, en un día también especial, el 7 de enero, pocas horas después del día de la conmemoración de la Epifanía cristiana, y en el territorio de juego de las piezas verdes, color que también está fuertemente asociado a la tradición Sufí.
En “Revelación de los Magos: El relato perdido de los Sabios”, de Brent Landau, basado en un manuscrito apócrifo del siglo IV d.C., escrito en siríaco, se dice que el resplandor de la estrella que guió a los magos hasta Jerusalén era ‘muchas veces más grande que el sol’ y que ‘cada uno de ellos vio a la estrella-niño en una forma diferente’, esto es, el niño y la estrella eran uno. (Fig.3. de Rogier van der Weyden, mediados siglo XV)
“Si se traspone el significado de las diferentes piezas del juego en el orden espiritual, el rey será el corazón o espíritu y las demás figuras serán como las diversas facultades del alma.” 9
Si podemos admitir que el juego del Ajedrez tradicional tiene un aspecto simbólico y que cada pieza representa a una función específica en un contexto armónico preestablecido, no nos debería asombrar que la interacción de estas piezas en el tablero, que en el caso del Ajedrez Quaternity multiplican en progresión geométrica sus posibilidades, puedan producir una gama casi infinita de combinaciones simbólicas. (incluyendo -por qué no- la eventual ‘falla’ de la aplicación)
Si las leyes del cosmos están reproducidas en el tablero y se recrean durante una partida, no es de extrañar que ciertos eventos se reflejen allí de modo también simbólico. Sólo bastaría una atenta percepción para poder identificarlos como tal.
“Alfonso ‘el Sabio’ (siglo XIII) habla también de un ‘gran juego de ajedrez’ que se juega en un tablero de 12 x 12 casillas y cuyas piezas representan animales mitológicos, atribuyéndolo a los sabios de la India.” 10
El nacimiento o despertar de una nueva energía o ‘facultad’, como lo expresa Wes Jamroz, así como cualquier otro proceso interno de una cierta relevancia espiritual, puede quedar ‘retratado’ en una simple partida de ajedrez Quaternity, así como la imagen de un paisaje o cualquier otro sujeto queda estampada, por un proceso fotográfico, en una hoja de papel, de ahí en más convertida en una forma de símbolo -y también recordatorio- del evento sucedido y del momento en que sucedió.
“Desde el punto de vista del observador del juego, no hay ganadores ni perdedores. Solo hay un proceso constructivo que conduce a la formación de una nueva facultad. Es de esta manera que aquellos que están viendo el juego pueden familiarizarse con las diversas etapas de la activación de la estructura interna de la mente humana”. 11
Más allá de un ‘combate entre las fuerzas del bien y del mal’, la llegada de los tres ejércitos al territorio verde reflejaría la consumación de una convocatoria y una celebración universal. Cada uno -cada rey mago- presentándose con su particular ofrenda al recién nacido: oro, incienso y mirra, simbolizando estos tres regalos, la majestad, la sacralidad y la perpetuación ante la muerte.
Se podrá objetar que estoy tratando de ver cosas significativas donde no las hay. Pero una suerte de impulso intuitivo me decía que allí había algo para identificar, descifrar y contemplar. No era una simple casualidad y no tiene porque entrar en la categoría de los ‘milagros’.
Es, quizá, simplemente, a lo que P. Beneito se refiere cuando cita a Ibn Arabi:
“Ibn Arabi dice: “No hay nada más en la manifestación, no hay otra cosa que Dios teofanizándose, haciéndose presente en forma teofánica.” Lo que aquí constituye un velo es que no tengamos conciencia simbólica que nos permita reconocer la teofanía. La cuestión es darse cuenta de que aquello que estás contemplando es la Teofanía. La conciencia simbólica nos permite reconocerla”. 12
Es así de simple. 👼🏼
J. Romano
20.01.2021
Notas:
1 “Comprendiendo el Juego”, del autor
2 “La sabiduría de los Profetas”, Ibn Arabi (p.86)
3 “Corán”, XIX, 17
4 “Corán”, XIX, 19
5 “A History of Chess: from Chaturanga to the present day”, Yuri Averbakh (p. 58)
6 “Símbolos”, El simbolismo del Ajedrez, Titus Burckhardt (p.14)
7 “Entre los Derviches”, Los seguidores de Jesús, Michael Burke (p.105)
8 “Símbolos”, El simbolismo del Ajedrez, Titus Burckhardt (p.15)
9 “Símbolos”, El simbolismo del Ajedrez, Titus Burckhardt (p.23)
10 “Símbolos”, El simbolismo del Ajedrez, Titus Burckhardt (p.18)
11 “El que no prueba, no sabe”, Wes Jamroz
12 “La contemplación de los números en el Sufismo: Abjad y geometría como artes de la inspiración” Pablo Beneito
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